Visiones Tapatias. Cap 1: Un vistazo a la memoria

Camaleónica como siempre, caminaba entre las calles cual sombra en la penumbra.


Instalaba los ojos en aquellos que se miraban entre sí, añorando los pasados sentimientos, extrañando el abrazo fraternal…

Se paseaba, pues, y nadie la veía, nadie la sentía, no la oían ni tocaban, solo ese hedor que parecía lejano, como de azufre quedaba en la calle que recorría.



Trabaje la tierra, serví y viví, busque horizontes y me tope con mierda…algunas veces soñé, otras más me resigne y algunas solo me deje llevar por los placeres del dolor…murieron, vinieron, me vieron y no me oyeron…tomaron mis manos y las escupieron, mis santos, mis putos santos no me favorecieron con el amor, con el dinero; las riquezas que exigí por mis años de ruego y súplicas debajo del pinche altar…ahora ya estoy vieja, ya no cojo como las yeguas, ya no siento mariposas, ya no puedo saltar la cuerda como cuando niña ni jugar a la rayuela y cebollitas…pero aun rio, mas de burla, ya nada sorprende en estos tiempos, las computadoras y los teléfonos celulares invaden el mundo de la gente y no se paran para apreciar las nubes, las flores; las nalgas gigantes que caminan por el centro fuera de los restaurantes de bufet…y yo, vieja, sin dinero, sin compañero, solo con la nieta hija de la chingada que no quiere vender, con el perro que me sigue, juanchi, así le puse cuando lo encontré en San Juan de Dios, cuando casi me atropella el cabron macrobus…que circula por la ciudad, donde ya nadie se para a mirar las nubes ni las nalgas gigantes…allá donde se paseaba con la familia, y ahora se ponen las pirujas, por los pasajes que conducen al hospicio, al teatro, a la plaza de la serpiente negra…

 
Amaury Sahagún
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